martes, 22 de mayo de 2012

La Vitamina C y su importancia en una dieta sana



La vitamina C o ácido ascórbico, forma parte de uno de los más importantes antioxidantes junto a la vitamina E y al beta-caroteno (Pro-vitamina A). Esta tríada vitamínica ayuda a neutralizar la acción de los radicales libres.
Funciones de la vitamina C: mejor cicatrización de herida (es parte de las sustancias que une a las células para formar los tejidos), vitamina muy importante para el crecimiento y reparación de las células de los tejidos, encías, vasos, huesos y dientes, además de contribuir con la reducción del colesterol, los resfriados comunes y los efectos de muchas sustancias que producen alergias en nuestro organismo. Una de las últimas investigaciones apunta que ayuda con la prevención de algunos cánceres.
Vale decir que la vitamina C se elimina a las tres horas de ser ingerida. Por eso se debe tomar varias veces al día. Una forma de potenciar sus propiedades es consumir parte de la capa blanca que se encuentra en la piel de las frutas cítricas porque allí encontramos la presencia de los bioflavonoides. Por otra parte, las necesidades de vitamina C varían según etapas de crecimiento, embarazo y heridas.
Las deficiencias del ácido ascórbico produce Escorbuto: hinchazón y sangrados de las encías, caída de las piezas dentarias, entre otros síntomas que pueden conducir a la muerte.
El contenido de vitamina C en las frutas y verduras varía dependiendo del grado de madurez. Es mucho menor su aporte cuanto más verdes están y aumenta su cantidad cuando está en su punto justo de maduración, y luego vuelve a disminuir. Otros factores que destruyen la vitamina C son el calor, el aire y el alcohol etílico: se oxida y pierde su actividad.
Fuentes donde se encuentra la vitamina C: coles de bruselas, coliflor, fresas, kiwi, limón, melón, naranja, pimiento verde, nabo, tomate, leche de vaca, carne, cereales y hortalizas.

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